Te presentamos una muestra de cuatro cartas
de Mons. Justo Vicente López.
Lamentablemente sólo contamos con 11 cartas, ya que a raíz de su muerte por tuberculosis, todas sus pertenencias fueron quemadas.
CARTA AL DELEGADO APOSTÓLICO (I)
Maracay: mayo 26 de 1916
Excelentísimo Sr. Delegado Apostólico:
Caracas.
Beso respetuosamente su anillo y lo saludo cordialmente.
Recibí su tarjeta en la que me acusa recibo de mi solicitud. la autorización del Señor Arzobispo de que me habla, se la pedí a la Madre María y ella me dice que el veinte y dos de
enero se la envió a su Excelencia, junto con una petición que le hacía.
Bendiga a su hijo en Cristo S. N.
CARTA AL DELEGADO APOSTÓLICO (II)
Excelentísimo Sr. Delegado Apostólico.
Caracas
Pbro. V. López Aveledo Cura y Vicario de Maracay, respetuosamente a vuestra Excelencia expone lo siguiente:
Hace diez y seis años que, con la aprobación del Ilustrísimo Sr. Arzobispo de Caracas y Venezuela, Dr. Juan B. castro, se fundó en esta ciudad de San José de Maracay, una Congregación con el título de Hermanas de los pobres de San José, bajo la Regla de San Agustín, teniendo por fin la gloria de Dios, la salvación de las almas y el cuido de los enfermos en los hospitales,
etc., etc.
Durante el tiempo de su fundación hasta el presente ha establecido las
casas siguientes: En Maracay, Hospital "San José" y Asilo de huérfanos de la Inmaculada Concepción. En La Victoria, Hospital "San Vicente". En Coro, Hospicio "Santa Ana". En Calabozo, Hospital "Mercedes". En Ocumare del Tuy Hospital "San Simón", dichas casas están fundadas en tres diócesis distintas y cuenta con cuarenta Hermanas.
Por tanto, siendo necesario la aprobación de su Excelencia, para gozar de los privilegios espirituales anexos a estas Instituciones, humildemente os suplico la concedáis misericordiosamente en el Señor, si lo creéis conveniente para la gloria de Dios.
Me permito enviarle las Constituciones para que su Excelencia las revise y apruebe, y
desapruebe lo que a bien tenga.
Maracay; Mayo 22 de 191
CARTA A LA MADRE MARÍA (I)
San Nazer: 2 de Septiembre de 1912
Reverenda Madre María
Maracay.
Hermana María: le escribo desde aquí recordándola mucho y pensando que ya se acerca su día, yo le pido a Dios que todo le salga bien, y así creo que será, no habrá más diferencia de años sino que yo no estaré
con Uds.; pero lo estaré con el espíritu. por mi carta a las muchachas, que ellas le mostrarán, verá el itinerario que seguiré. El Sr. Arzobispo de lo mejor, y conmigo muy afectuoso; pero no me ha hablado de nada de las cosas que pasaron; se manifiesta muy buen amigo mío, gracias a Dios. No le escribo más largo porque el tiempo es corto a demás que usted sabe que yo no soy muy escribano. saludos para todas las Hermanas y las muchachas ya se supone que también le doy mi bendición.
Espero de su caridad le escriba a las Hermanas de las otras casas dándoles informe de mi viaje. Que Dios la conserve buena y reciba la bendición del Padre López.
CARTA A LA MADRE MARÍA (II)
Sabana Grande, 30 de enero de 1908
Reverenda Hermana María:
Maracay
Muy amada hija en Cristo:
Hoy tuve la grata satisfacción de leer su gratísima carta; en la que Usted me dice todo lo que los buenos amigos han hecho, por el eterno descanso de mi inolvidable papá. ¡Ah! un mes y me parece un día solo; la gracia de Dios me puede consolar.
Ayer le mandé por conducto del Sr. Polanco 100 ejemplares de La Religión, en que yo, publiqué una manifestación de gratitud, para los amigos de esa generosa población. Lo que usted me refiere en su carta que han hecho por mi querido padre, me obliga más para con ello. Me extraña que Hilario no haya recibido carta, pues yo le escribí.
Estoy en cuenta que vienen las Hermanas a la peregrinación , lo celebro mucho, y que traen a María
Pérez. Yo todavía no he fijado el día de mi ida; pero será en los primeros días del mes entrante.
Hágame la caridad de escribirle Ud. allá una tarjeta, en mi nombre, a Leopoldo Pérez dándole las gracias;
Ud. interpreta mis sentimientos; y se la manda...
Yo las recuerdo mucho; y pido a Ntro. Sr. por todos.
Estoy bien aunque el cerebro no muy bien todavía como lo comprenderá por esta disparatada carta.
Saludos a todos y Ud. en unión de las demás hermanas y los niños, reciban la bendición.
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